HAZ CLICK AQUÍ PARA COMPRAR MI LIBRO: LO MEJOR DE TÍ

El miedo

Hola a tod@s,

 

Hoy quería hablar del miedo.

 

El miedo cumple una función muy básica que es la de garantizar nuestra supervivencia.

Muchas veces son miedos desarrollados gracias a una mala experiencia vital o gracias a un aprendizaje vital, y otras son miedos aprendidos. Lo típico de: “No abras la nevera mojado y sin zapatos porque te puedes electrocutar”. Estoy casi segura de que ninguno de vosotros se ha electrocutado abriendo la nevera pero aun así seguro que varios tenéis cuidado de poneros zapatos o alejaros de ella si estáis mojados. Esto es un miedo aprendido.

 

Muchas veces sentimos miedo a algo que nos cuesta identificar, no entendemos de dónde viene, y cuando estamos experimentando esto, ponemos foco en la situación que lo está provocando y en cómo nos estamos sintiendo, pero nos olvidamos de algo muy importante: A qué tenemos miedo?

En estos casos he descubierto que ayuda mucho hacer el siguiente análisis:

 

  1. Ponle apellido al miedo 

Una vez le pones nombre y apellido a tu miedo descubres qué de la situación está haciendo saltar tus alarmas. A qué exactamente le tengo miedo?

 

  1. Qué intenta proteger el miedo

Una vez identificamos a qué le tenemos miedo, tenemos que buscar qué es lo que está intentando proteger el miedo. 

Como he dicho anteriormente, el miedo tiene la función de garantizar nuestra supervivencia, por lo tanto manda señales de alarma cuando entiende que algo importantísimo se está viendo amenazado. Qué es esto que intenta proteger?

 

 

Cuando hacemos esto, somos capaces de proteger nuestro bien más preciado desde una situación mucho más consciente y por tanto podemos experimentar el miedo desde una posición mucho más serena y sabia.

 

Os pongo un ejemplo fácil, de mi vida privada, para que lo entendáis bien.

 

Recuerdo el día en que de repente todos los medios de transporte me empezaron a dar miedo. Yo siempre había sido una chica bastante valiente en ese sentido. Me encantaban las motos y los coches, me encantaba montarme en un avión, y qué decir de los parques de atracciones… donde estaba la atracción que caía desde el punto más alto ahí estaba yo la primera de la cola. Un día, todo me empezó a dar miedo. Yo nunca había tenido un accidente y no entendía ese cambio tan drástico de personalidad, así que después de hacer este análisis comprendí lo siguiente:

 

Con la madurez fui consciente de que no era inmortal, y el miedo a tener accidentes estaba intentando proteger mi bien más preciado, mi vida. Mi vida se había convertido en algo súper importante para mí porque había dejado de darla por seguro y ahora necesitaba un miedo que me recordase protegerla.

 

Entonces, haciendo el análisis de este caso como os he explicado anteriormente iría así:

 

  1. A qué tienes miedo?

Cuando me monto en moto tengo miedo a caerme y morir.

  1. Qué esta intentando proteger ese miedo?

Este miedo esta intentando proteger mi vida. Si no monto en moto no corro el riesgo de tener un accidente y morir.

 

Ahora, después de este análisis, soy consciente de por qué estoy pasando miedo y, desde una posición más consciente, puedo decidir si hay otras maneras de proteger mi vida que no signifiquen dejar de montar en moto. A lo mejor utilizando casco y conduciendo a una velocidad baja me siento cómoda y en control de mi vida por lo que dejo de experimentar miedo, o a lo mejor prefiero dejar de montar en moto y llevar un coche. La historia es que seamos capaces de ponerle solución a nuestros miedos desde la consciencia.

 

 

Para todos los que quieran aprender a gestionar miedos os recomiendo un libro que para mí ha marcado un antes y un después:

 

“El universo te cubre las espaldas” de Gabrielle Bernstein.

 

Y para los que no habéis meditado nunca o los que no lo hacéis a menudo, os recomiendo que empecéis a hacerlo a la vez que os leéis este libro.

 

 

 

Os mando mucho amor,

Claudia

0 comentarios 0

Dejar un comentario

Por favor tenga en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados